El origen de Hoyos del Espino es incierto como todos los de los pueblos vecinos, pero el error en cuanto a establecer su origen, hoy puede pensarse insignificante.
La tradición oral relata:
Hubo un tiempo en que desde Navacepeda a Hoyocasero, no había pueblo alguno en esta sierra.
Dentro de esa imprecisión se piensa que Navacepeda y Hoyocasero pudieron surgir en los años del siglo IX y la primera mitad del siglo X. Hoyos ya existía en el siglo XII, “entre el paréntesis de esas dos fechas queda aprisionada, con mas o menos holgura, la efeméride de su fundación”.
Así lo relata el párroco Castell, en el citado libro "Los Milagros de Nuestra Señora del Espino", pero antes de esos siglos, es aún más difícil encontrar vestigios de los primeros pobladores.
Todo el Alto Gredos en sus orígenes y en cuanto a sus pobladores es escaso en restos históricos, quizá para los investigadores de la historia es más fácil buscar en asentamientos más claros y ricos que en zonas como las del Alto Gredos muy duras para vivir en ellas en aquellos inviernos que cubrian toda la sierra con un manto de nieve que hacia imposible la permanencia del hombre por estas tierras.
Quizá los Celtas, en concreto los Vetones, fueron los primeros pastores que utilizaron los pastos del pueblo aunque solo fuera en primavera y verano, eludiendo el crudo invierno.
Esos primeros pastores seguramente comenzaron a marcar las primeras pautas de lo que hoy conocemos como Trashumancia, venían en primavera y se iban en otoño, siendo sus habitáculos pequeños chozos cubiertos por el abundante piorno que evidentemente con el tiempo han desaparecido o se han transformado en nuevas construcciones puesto que para su actividad no necesitaban más.
Hoy presumen los de Hoyos, no sin razón, que la carne de su ganado vacuno, la raza Avileña, es una de las mejores de las carnes que consume el hombre, y ¿por qué?, sus ganaderos no son ni mejores ni peores que otros ganaderos, no tienen un secreto especial, pero cuentan con unos pastos excelentes, con un agua limpia y clara y con un entorno , sano y benigno, sin contaminación de ningún tipo. Era pues para esos primeros pastores celtas un sitio privilegiado como lo es hoy, para desarrollar su principal actividad, el pastoreo o la ganadería.
Es sabido que el verdugo aniquilador y destructor de los Celtas fueron los romanos, que lejos de ubicarse en España como los Vetones que tenían una razón poderosa para asentarse en lugares como Hoyos del Espino, por sus pastos y bosques donde además se encontraba un animal muy emblemático para la cultura Celta, el jabalí, lo hicieran por otros motivos menos altruistas. Se puede pensar que al no existir en estas tierras minas que explotar, grandes extensiones de cereales, viñedos, etc., etc., productos que pudieran interesar al imperio romano, los mismos no tuvieran interés por la zona, pero llegar llegaron, no olvidemos las calzadas romana cercanas a Hoyos del Espino, como la del Puerto del Pico, o los puentes romanos, y quizá también pasaron por Hoyos al ser este un lugar de paso, puesto que los romanos no cruzaron solo la sierra de Gredos transversalmente, sino también longitudinalmente siguiendo el curso del río Tormes.